sábado, 9 de abril de 2016

JEREMÍAS DIECIOCHO y DIECINUEVE


                                                   
Hola mis queridos estudiantes, que grato es saludarlos e invitarlos a leer, estudiar, practicar y enseñar la palabra de Dios, por medio de éste blog que se ha creado para compartir con muchas personas que desean aprender cada día más de la palabra de Dios.

Hoy llegamos a los capítulos 18 y 19 del libro que estamos leyendo y estudiando que es Jeremías; a través de éste libro podemos ver que sucedió en el pueblo de Judá en los últimos cinco reyes que estuvo ésta nación.

En todo los que hemos leído hasta aquí nos hemos dado cuenta que Dios ha extendido su mano de misericordia y de perdón al pueblo, que los ha invitado a que se vuelva hacia él y los perdonará de sus pecados de idolatría, apostasía, rebelión, entre otros, éste mensaje de Dios es llevado por el profeta;  el pueblo ha conspirado contra la vida de Jeremías, y ha querido matar físicamente al profeta para no seguir oyendo el mensaje de Dios.

Dios le ha dicho repetidamente al pueblo de Judá que si no se arrepienten de sus pecados lo enviará a otra nación, serán invadidos y así como ellos has servido a otros dioses en Judá les tocará servir a otra nación, si ellos son enviados como exiliados a otra nación, el pueblo quedará en ruina y perderán todo lo que ellos aman, como son sus hijos, mujeres, ganados, propiedades, entre otros bienes. 

En los capítulos de hoy llegamos al ejemplo de la señal llamada el alfarero y el barro, donde Dios sigue utilizando ejemplos de la cotidianidad para hacer ver al pueblo su misericordia y su perdón, sólo basta que el pueblo acepte que está en grave error y se vuelva a Dios, en caso contrario Dios los castigará por su pecado y maldad. Pero con solo leer el capitulo nos damos cuenta que el pueblo hace caso omiso al mensaje de Dios y al contrario lo que quieren es conspirar contra la vida de Jeremías que lleva éste mensaje.

Luego Dios envía otro mensaje utilizando ahora la vasija rota para hacer ver al pueblo que así como la vasija,  luego que se rompe no se puede restaurar así quedará el pueblo si no se arrepiente de pecado. Con la señal del alfarero y la vasija rota sigue Dios trasmitiendo su mensaje de perdón y de misericordia a su pueblo de Judá, implorando que se arrepientan de sus pecados y el los librará de la maldad de los pueblos vecinos. 

Solo con mirar este libro de Jeremías podemos aprender de la misericordia de Dios y lo que hace Dios por medio de sus mensajeros para hacer llegar un mensaje a un pueblo. Muchas veces nos preguntamos por que Dios permite un desastre  para un pueblo, una comunidad, una nación, una familia, pero no nos preguntamos cuántas veces fue advertida por Dios  esa nación, familia, pueblo, comunidad, para que no les llegará la maldad. 

Cada día sigo leyendo éste libro con entusiasmo y gozo hasta terminar su última palabra y descubrir cual será el final de un pueblo que no se ha querido arrepentir de sus pecados, que hará Dios a su pueblo, que pasará con la vida del profeta, quien invadirá a Judá y como quedará la nación. por ningún motivo te desanimes de leer y estudiar la palabra de Dios, y te sigo invitando a que lleguemos juntos al final de lectura y estudio de éste libro profético. 
Pastor Luis Chamorro Rodelo

                       JEREMÍAS DIECIOCHO

                La señal del alfarero y el barro

1 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo:
 2 Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. 
3 Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. 
4 Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla.

5 Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
 6 ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel. 
7 En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar, y derribar, y destruir. 8 Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles,
 9 y en un instante hablaré de la gente y del reino, para edificar y para plantar.
 10 Pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle.
11 Ahora, pues, habla luego a todo hombre de Judá y a los moradores de Jerusalén, diciendo: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo dispongo mal contra vosotros, y trazo contra vosotros designios; conviértase ahora cada uno de su mal camino, y mejore sus caminos y sus obras.
 12 Y dijeron: Es en vano; porque en pos de nuestros ídolos iremos, y haremos cada uno el pensamiento de nuestro malvado corazón.
13 Por tanto, así dijo Jehová: Preguntad ahora a las naciones, quién ha oído cosa semejante. Gran fealdad ha hecho la virgen de Israel. 14 ¿Faltará la nieve del Líbano de la piedra del campo? ¿Faltarán las aguas frías que corren de lejanas tierras? 
15 Porque mi pueblo me ha olvidado, incensando a lo que es vanidad, y ha tropezado en sus caminos, en las sendas antiguas, para que camine por sendas y no por camino transitado, 
16 para poner su tierra en desolación, objeto de burla perpetua; todo aquel que pasare por ella se asombrará, y meneará la cabeza. 17 Como viento solano los esparciré delante del enemigo; les mostraré las espaldas y no el rostro, en el día de su perdición.

Conspiración del pueblo y oración de Jeremías

18 Y dijeron: Venid y maquinemos contra Jeremías; porque la ley no faltará al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta. Venid e hirámoslo de lengua, y no atendamos a ninguna de sus palabras.
19 Oh Jehová, mira por mí, y oye la voz de los que contienden conmigo. 
20 ¿Se da mal por bien, para que hayan cavado hoyo a mi alma? Acuérdate que me puse delante de ti para hablar bien por ellos, para apartar de ellos tu ira. 
21 Por tanto, entrega sus hijos a hambre, dispérsalos por medio de la espada, y queden sus mujeres sin hijos, y viudas; y sus maridos sean puestos a muerte, y sus jóvenes heridos a espada en la guerra. 22 Oigase clamor de sus casas, cuando traigas sobre ellos ejército de repente; porque cavaron hoyo para prenderme, y a mis pies han escondido lazos. 
23 Pero tú, oh Jehová, conoces todo su consejo contra mí para muerte; no perdones su maldad, ni borres su pecado de delante de tu rostro; y tropiecen delante de ti; haz así con ellos en el tiempo de tu enojo.


                  JEREMÍAS DIECINUEVE 
                La señal de la vasija rota
1 Así dijo Jehová: Ve y compra una vasija de barro del alfarero, y lleva contigo de los ancianos del pueblo, y de los ancianos de los sacerdotes; 
2 y saldrás al valle del hijo de Hinom, que está a la entrada de la puerta oriental, y proclamarás allí las palabras que yo te hablaré. 
3 Dirás, pues: Oíd palabra de Jehová, oh reyes de Judá, y moradores de Jerusalén. Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo traigo mal sobre este lugar, tal que a todo el que lo oyere, le retiñan los oídos. 
4 Porque me dejaron, y enajenaron este lugar, y ofrecieron en él incienso a dioses ajenos, los cuales no habían conocido ellos, ni sus padres, ni los reyes de Judá; y llenaron este lugar de sangre de inocentes.
 5 Y edificaron lugares altos a Baal, para quemar con fuego a sus hijos en holocaustos al mismo Baal; cosa que no les mandé, ni hablé, ni me vino al pensamiento.
 6 Por tanto, he aquí vienen días, dice Jehová, que este lugar no se llamará más Tofet, ni valle del hijo de Hinom, sino Valle de la Matanza. 
7 Y desvaneceré el consejo de Judá y de Jerusalén en este lugar, y les haré caer a espada delante de sus enemigos, y en las manos de los que buscan sus vidas; y daré sus cuerpos para comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra. 
8 Pondré a esta ciudad por espanto y burla; todo aquel que pasare por ella se asombrará, y se burlará sobre toda su destrucción.
 9 Y les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas, y cada uno comerá la carne de su amigo, en el asedio y en el apuro con que los estrecharán sus enemigos y los que buscan sus vidas.
10 Entonces quebrarás la vasija ante los ojos de los varones que van contigo, 
11 y les dirás: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Así quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra una vasija de barro, que no se puede restaurar más; y en Tofet se enterrarán, porque no habrá otro lugar para enterrar. 
12 Así haré a este lugar, dice Jehová, y a sus moradores, poniendo esta ciudad como Tofet. 
13 Las casas de Jerusalén, y las casas de los reyes de Judá, serán como el lugar de Tofet, inmundas, por todas las casas sobre cuyos tejados ofrecieron incienso a todo el ejército del cielo, y vertieron libaciones a dioses ajenos.
14 Y volvió Jeremías de Tofet, adonde le envió Jehová a profetizar, y se paró en el atrio de la casa de Jehová y dijo a todo el pueblo: 
15 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí, yo traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra ella; porque han endurecido su cerviz para no oír mis palabras.