2 por cuarenta días,
y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los
cuales, tuvo hambre.
3 Entonces el diablo
le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.
4 Jesús,
respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de
toda palabra de Dios.
5 Y le llevó el
diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la
tierra.
6 Y le dijo el
diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me
ha sido entregada, y a quien quiero la doy.
7 Si tú postrado me
adorares, todos serán tuyos.
8 Respondiendo Jesús,
le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y
a él solo servirás.
9 Y le llevó a
Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de
Dios, échate de aquí abajo;
Las tentaciones de Jesús son la evidencia clara que nos dice que Satanás siempre buscará tentar nuestra vida mostrando su gloria, su poder y su fuerza para debilitar nuestra fe y la convicción que tenemos acerca de nuestro señor Jesucristo. Además todo estas tentaciones nos evidencia que el Señor las venció, por que estaba lleno de la palabra de Dios en su vida y no se dejo persuadir por argumentos ficticios del Diablo sino al contrario los contra restó con el uso claro de la palabra de Dios. Hoy puede que yo o usted este pasando por una prueba de Tentación en su vida personal o ministerial en los caminos de Dios, pero esta palabra nos ayuda a buscar y a confiar en la palabra de Dios para cruzar ese desierto que puede derrumbar tu vida ministerial si no estas lleno de su presencia.
Las tentaciones de Jesús son la evidencia clara que nos dice que Satanás siempre buscará tentar nuestra vida mostrando su gloria, su poder y su fuerza para debilitar nuestra fe y la convicción que tenemos acerca de nuestro señor Jesucristo. Además todo estas tentaciones nos evidencia que el Señor las venció, por que estaba lleno de la palabra de Dios en su vida y no se dejo persuadir por argumentos ficticios del Diablo sino al contrario los contra restó con el uso claro de la palabra de Dios. Hoy puede que yo o usted este pasando por una prueba de Tentación en su vida personal o ministerial en los caminos de Dios, pero esta palabra nos ayuda a buscar y a confiar en la palabra de Dios para cruzar ese desierto que puede derrumbar tu vida ministerial si no estas lleno de su presencia.
10 porque escrito
está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden;
11 y, En las manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra.
12 Respondiendo
Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.
13 Y cuando el diablo hubo acabado toda
tentación, se apartó de él por un tiempo.
JESÚS PRINCIPIA SU MINISTERIO
14 Y Jesús volvió en
el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de
alrededor.
15 Y enseñaba en las
sinagogas de ellos, y era glorificado por todos.
JESÚS EN NAZARET
16 Vino a Nazaret,
donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a
su costumbre, y se levantó a leer.
17 Y se le dio el
libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde
estaba escrito:
18 El Espíritu del
Señor está sobre mí, Por cuanto me ha
ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los
quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a
los oprimidos;
19 A predicar el año
agradable del Señor.
20 Y enrollando el
libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga
estaban fijos en él.
21 Y comenzó a
decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.
22 Y todos daban buen testimonio de él, y
estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían:
¿No es éste el hijo de José?
23 Él les dijo: Sin duda me diréis este
refrán: Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído que se han
hecho en Capernaúm, haz también aquí en tu tierra.
24 Y añadió: De cierto os digo, que ningún
profeta es acepto en su propia tierra.
25 Y en verdad os
digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo
fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la
tierra;
26 pero a ninguna de
ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón.
27 Y muchos leprosos
había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue
limpiado, sino Naamán el sirio.
28 Al oír estas
cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira;
29 y levantándose, le
echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el
cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle.
30 Mas él pasó por en
medio de ellos, y se fue.
UN HOMBRE QUE TENÍA UN ESPÍRITU INMUNDO
31 Descendió Jesús a Capernaúm,
ciudad de Galilea; y les enseñaba en los días de reposo.
32 Y se admiraban de
su doctrina, porque su palabra era con autoridad.
33 Estaba en la sinagoga un hombre que tenía
un espíritu de demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz,
34 diciendo: Déjanos;
¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te
conozco quién eres, el Santo de Dios.
35 Y Jesús le
reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en
medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno.
36 Y estaban todos
maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué palabra es esta, que con
autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen?
37 Y su fama se difundía por todos los lugares
de los contornos.
JESÚS SANA A LA SUEGRA DE PEDRO
38 Entonces Jesús se
levantó y salió de la sinagoga, y entró en casa de Simón. La suegra de Simón
tenía una gran fiebre; y le rogaron por ella.
39 E inclinándose hacia ella, reprendió a la
fiebre; y la fiebre la dejó, y levantándose ella al instante, les servía.
MUCHOS SANADOS AL PONERSE EL SOL
40 Al ponerse el sol,
todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él,
poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.
41 También salían
demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él
los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo.
JESÚS RECORRE GALILEA PREDICANDO
42 Cuando ya era de
día, salió y se fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a
donde estaba, le detenían para que no se fuera de ellos.
43 Pero él les dijo:
Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de
Dios; porque para esto he sido enviado.